sábado, 26 de noviembre de 2011

La carrera de la muerte

Una de esas películas en las que todos desearíamos ponernos a los mandos de los mejores coches jamás fabricados, pisar el acelerador a fondo y no parar hasta divisar una tranquila playa y un buen mojito. Nuestra visión sobre carreras de coches y el sistema penitenciario cambiará tras el visionado de Death Race. ¿Quien dijo que correr es cosa de cobardes?

Cartel de "Death Race"
FICHA TÉCNICA
Título: La carrera de la muerte
Director: Paul W.S.Anderson
Guión: Paul W.S.Anderson y J.F.Lawton
Fotografía: Scott Kevan
Música: Paul Haslinger
Género: Acción/Aventuras
Reparto: Jason Statham, Joan Allen, Tyrese Gibson, Ian McShane, Natalie Martínez, Max Ryan, Jacob Vargas, Frederick Koehler, Justin Mader,
Duración: 89 min.
Año: 2008

INTRODUCCIÓN
En el año 2012 la economía mundial se colapsa y los dueños de la penitenciaría Terminal Island deciden idear un nuevo deporte para levantarle la moral a la gente y ganar dinero con los derechos de televisión y el PPV (pay per view). El pasatiempo: carreras de coches de los presos. Quien gane cinco carreras, sale libre y se le borran las "manchas" de su historial.

Al tres veces campeón del mundo de carreras, Jensen Ames (Jason Statham) cree que ha cambiado de vida, pero un vuelvo inesperado le hace revivir sus peores pesadillas. El ex convicto, es acusado del asesinato de su esposa y acaba en prisión de nuevo. Tras esto, la directora de Terminal Island (Joan Allen) le dice que tiene dos opciones: o correr con la máscara de Frankestein (una leyenda en la cárcel que muere tras llegar a cuatro victorias) o pudrirse en la cárcel. Así, el preso deberá enfrentarse a los peores criminales en un coche armado con cohetes, ametralladoras y planchas de hierro en la mejor carrera jamás celebrada.

VALORACIÓN DE LA PELÍCULA
Técnicamente, la película está bien. La fotografía no está nada mal y la música está perfecta para la película: guitarreo puro y duro. No se trata de una disertación sesuda sobre la existencia del ser humano en un mundo desnaturalizado. Ni es la última explicación enrevesada sobre las causas de la crisis económico o el capitalismo financiero. Se trata de una película de acción. Si tuviera que definirla de alguna manera diría que es un film "made in Statham", ya que al actor británico los papeles de conductor duro le quedan como anillo al dedo.


La película cumple lo que promete: acción. Va al grano. No se hace ni lenta ni pesada, lo cual, para los que adoramos el cine de acción es una auténtica bendición. Carreras de coches, peleas, luchas internas y todo tipo de perrerías por parte de tipos desesperados por salir de la cárcel para labrararse un futuro mejor o para ser todavía peores ciudadanos. Pero para eso deben sobrevivir y ganar cinco carreras a otros asesinos tan locos y despiadados como ellos. Una hora y media para evadirse del mundo, coger un gran bol de palomitas y disfrutar.

Además, los efectos especiales son algo fuera de lo común en la industria del cine (Avatar, aparte) y un pedazo de actor como Ian McShane, hace perfectamente su papel secundario, de mecánico y a la vez mentor y estratega del héroe, que debe volver a ser el que fue: alguien rehabilitado que desea volver a trabajar honradamente en un taller. ¿Arreglando qué? Sí, coches. ¿Irónico? Tal vez. ¿Divertida? Seguro.

RECOMENDACIÓN AL ESPECTADOR
Recomiendo encarecidamente esta película llena de acción, alguna que otra mujer bella (no podía faltar) y algo inherente al ser humano: la desesperación por escapar de su terrible destino, en este caso, la cárcel, y por tratar de labrarse una vida mejor. Todo ello en hora y media de expectación máxima y sin apenas momentos tediosos.

                                                               NOTA: 8/10

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